José Joaquín Palma, Bayamo, 1844 - Guatemala, 1911) Poeta cubano. Su actividad política en favor de la independencia de su país le obligó a exiliarse, lo cual condicionó una obra poética, que, por otra parte, se inscribe en la segunda generación romántica y destaca por su carácter colorista y melódico.
La vida de José Joaquín Palma aparece íntimamente ligada al movimiento revolucionario cubano que había de culminar con la proclamación de la independencia. En 1868 participó en la sublevación dirigida por Carlos Manuel de Céspedes, del que fue ayudante durante algún tiempo. Redactor de El Cubano Libre, desempeñó posteriormente diversas misiones de la República en armas.
Obligado a emigrar, se trasladó en 1873 a Jamaica, y posteriormente a Nueva York y Honduras, para finalmente establecerse en Guatemala. En Honduras había recibido una medalla de oro por su poesía y en 1882 publicó en Tegucigalpa el volumen Poesías de J. Joaquín de la Palma. En Guatemala transcurrió el resto de su vida, alcanzando el cargo de secretario del ex presidente Marco Aurelio Soto. Al ser proclamada la República cubana, José Joaquín Palma la representó en su país de adopción como cónsul general, y compuso también la letra del himno nacional de Guatemala.
Esta vida de expatriado, de revolucionario ambulante por tierras en las que a pesar de ello arraigó su espíritu, condicionaría su obra. Aunque fue compañero de lucha de José Martí y amigo de Rubén Darío, es decir, del principal precursor y del fundador del modernismo, la producción lírica de José Joaquín Palma se sitúa en la corriente melódica y colorida de la poesía cubana característica de la segunda generación romántica hispanoamericana, pero anegada en un sentimiento muy personal. En sus versos sonoros y fáciles se refleja la incurable nostalgia del desterrado. Lo biográfico y lo literario de época se confunden en su poesía de tono elegíaco. Hay en ella erotismo delicado y soñador, evocación dolorida de la patria, expresión de los afectos nacidos al calor del hogar, en las tierras de Centroamérica en que transcurrió la segunda parte de su vida.
A José Joaquín Palma se le considera continuador de los procedimientos de José Zorrilla, con quien se relaciona por la peculiar música del verso, por el colorido de sus descripciones, por la facilidad de la ejecución; pero de quien, sin duda, se aleja por la nota penetrante de dolor personal. La nota elegíaca persistente se aprecia en composiciones típicas (como "A Miguel Jerónimo Gutiérrez", "A María García Granados", "Tinieblas del alma", "En el mes de noviembre"), combinada con la nostalgia y el amor patrio en la evocación "A Bayamo". Los versos "A un arroyo", como los de "Serenata", presentan las características de una poesía externa, sentimental, ligera y melodiosa.