Juan Vitalio Acuña
- Visto: 2120
Cuando supo del desembarco de Fidel Castro por Las Coloradas se encontraba en Pilón cortando caña y de inmediato se dispuso a ayudarlo mostrándole el camino hacia la Sierra Maestra. Comenzó su vida guerrillera junto a Ernesto Che Guevara, quien pronto notó sus cualidades como combatiente.
Se incorporó a la lucha guerrillera contra la dictadura de Fulgencio Batista en los primeros meses de 1957. Participó en el combate de El Uvero y luego fue designado ayudante del Che, de cuya retaguardia sería jefe junto a Ciro Frías al ser el Che ascendido a comandante y jefe de la Columna 4. Terminó la guerra en el Tercer Frente Oriental bajo las órdenes de Juan Almeida con los grados de comandante.
Luego del triunfo revolucionario cursó estudios militares y fue miembro del primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba. El Che Guevara.
El 10 de mayo de 1957 se incorporó a la Columna 1 José Martí que comandaba Fidel Castro, jefe máximo de la insurrección. Participó en el combate de El Uvero el 28 de mayo, acción en la que fue herido.[1] Después del combate, junto a Ernesto Guevara y Joel Iglesias recibió la misión de proteger a los heridos y llevarlos a un lugar seguro hasta su restablecimiento.
En casa de la familia Pardo, en Peladero pasan algo más de un mes. El grupo se multiplica con las nuevas incorporaciones hasta alcanzar unos 36 hombres al mando del Che, quien designa a Vilo Acuña jefe de la escuadra de la vanguardia. Al finalizar el mes de julio se reincorporan a la columna de Fidel, quien asciende a Guevara a comandante y a Vitalio Acuña a teniente.
Cuando se crea la segunda columna del Ejército Rebelde, a la cual se da el número cuatro, Fidel Castro designa como jefe a Ernesto Che Guevara. Vitalio Acuña pasa entonces a la retaguardia de dicha columna como segundo de Ciro Redondo. Combate en Mar Verde, Oro de Guisa y Pino del Agua. Luego de este combate se responsabilizó de la vida de Camilo Cienfuegos (quien había caído herido), cargándolo sin relevo hasta la comandancia rebelde en La Pata de la Mesa.
En mayo de 1958, el comandante Guevara lo asciende, por orden de Fidel, al grado de capitán y tras la derrota de la Ofensiva de Verano, cuando se reorganizan las fuerzas rebeldes para pasar a la contraofensiva general, Vilo Acuña es designado como jefe de retaguardia de la columna del comandante Guillermo García en el III Frente, dirigido por Juan Almeida. En noviembre de 1958 es ascendido a comandante por Fidel y organiza su propia columna.
Revolución en el poder
Integró la Caravana de la Victoria entra el 8 de enero de 1959 en La Habana, junto a Fidel Castro.
En 1964 terminó la Escuela Superior de Guerra, ocupando distintas responsabilidades, entre ellas, jefe de una compañía de blindados. En 1965 es elegido miembro del primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Durante estos años participa en la lucha contra los alzados contrarrevolucionarios en la zona de Matanzas y luego en la Ciénaga de Zapata.
En 1966 el comandante Ernesto Che Guevara lo escoge para integrar la guerrilla internacionalista que emprenderá la lucha en Bolivia, designándolo su segundo al mando y jefe de la retaguardia.
Vitalio Acuña llegó a Bolivia el 24 de noviembre, vía Brasil, con pasaporte panameño bajo el nombre de Joaquín Rivera Núñez y se incorporó a la guerrilla a fines de ese propio mes. Como jefe de la retaguardia el Che lo dejó al frente de un grupo de combatientes, encargándole, como en la Sierra Maestra, cuidar de los enfermos y de los rezagados.
En abril de 1967 se separó de la fuerza principal comandada por Che Guevara. Aunque este le había ordenado esperarlo en la zona se vio obligado a abandonarla y ya no pudo reincorporarse a la columna de su jefe.
Joaquín ―nombre de guerra de Vitalio Acuña en Bolivia― cayó con todo su grupo, el 31 de agosto de 1967, en la emboscada tendida por el Ejército de Bolivia en el vado de Puerto Mauricio, sobre el río Grande.
Sobre las 5:00 de la tarde, el grupo guerrillero comenzó la marcha con Braulio a la cabeza. Ya anochecía cuando llegaron al recodo del río Masicuri. La columna inició el cruce del vado y Vilo Acuña fue el último en entrar al agua sin sospechar la traición de Honorato Rojas, el campesino que los guiaba. Con su acostumbrada amabilidad se despidió de él, agradeciéndole su colaboración.
Solo había avanzado unos metros cuando comenzó el tiroteo. El entonces capitán del ejército boliviano Mario Vargas Salinas y sus hombres, quienes acechaban en la maleza, empezaron a disparar desde ambas orillas. Vilo fue herido durante el cruce pero logró salir del río, solo para caer muerto en la playa.
¿Hay algún error en esta página? Ayúdenos a mejorar
© Copyright 2024 Empresa de Aplicaciones Informáticas, Desoft